lunes, 21 de julio de 2014

ENSAYO CORTO SOBRE EL TEXTO ¿QUÉ ES UN DISPOSITIVO? DEL FILOSOFO ITALIANO GIORGIO AGAMBEN

Cite:
Bojorque, Erick. Ensayo corto sobre el texto ¿qué es un dispositivo? Del filosofo italiano Giorgio Agamben. Cátedras de Erick Bojorque. Web. 21 jul 2014.







Descripción.

Giorgio Agamben es un reconocido filósofo italiano nacido en Roma en 1942. En su obra en general “como en la de otros autores (Umberto Eco), confluyen estudios literarios, lingüísticos, estéticos y políticos, bajo la determinación filosófica de investigar la presente situación metafísica en occidente y su posible salida, en las circunstancias actuales de la historia y la cultura mundial” (Wikimedia: 2014). Desde el ensayo académico publicado en la revista Sociológica, Agamben “se propone” (Agamben: 250) en nueve puntos bien definidos “trazar una genealogía sumaria” (Agamben: 250) del término dispositivo, “primero al interior de la obra de Foucault, luego en un contexto histórico más amplio” (Agamben: 250).

En el punto uno enuncia su hipótesis relevante para la palabra dispositivo como “un término decisivo en la estrategia del pensamiento de Foucault” (Agamben: 249) sobre la gubernamentalidad; viendo al dispositivo como una red heterogénea de elementos discursivos o no, con una función estratégica concreta, que resulta de las relaciones de poder y saber.

En el punto dos propone que el término dispositivo proviene de un uso indirecto de Foucault del término positividad empleado por Jean Hyppolite, maestro y amigo suyo, para referirse a las creencias y a las buenas maneras de una religiosidad positiva. Dice entonces Agamben que Foucault “se propone, más bien, investigar los modos concretos por los cuales las positividades (o los dispositivos) actúan al interior de las relaciones, en los mecanismos y en los juegos del poder” (Agamben: 252).

En el punto tres Agamben encuentra relación en la definición de la palabra dispositivo con los conceptos de la positividad religiosa y que se manifiestan como “conjunto de prácticas y mecanismos (invariablemente, discursivos y no discursivos, jurídicos, técnicos y militares) que tienen por objetivo enfrentar una urgencia para obtener un efecto más o menos inmediato” (Agamben: 254).

En el punto cuatro el autor toma en relevancia la conformación religiosa de la manifestación divina y su administración u oikonomía a través de El Cristo y por efecto de la Trinidad, para asemejar tal ordenamiento en un dispositivo introducido en la fe cristiana, entendiendo Agamben que tal deconstrucción divina no era sino la manifestación de “fisura” (Agamben: 255) entre el ser y la acción.
En el punto cinco Agamben encuentra la herencia teológica del término dispositio con oikonomía a partir de Clemente de Alejandría, convenciéndose de que la fractura entre la praxis y el ser determinan un dispositivo que es la misma acción subjetiva que busca la manifestación de un sujeto que la ampare y que en esencia guarda un poder subyacente.

En el punto seis cambia de contexto y “propone simplemente una partición general y masiva del ente en dos grandes conjuntos o clases: por una parte, los seres vivos (o sustancias); por la otra, los dispositivos, al interior de los cuales no cesan de ser asidos aquéllos” (Agamben; 257) y que tiene además “la capacidad de capturar, ordenar, interceptar, modelar, controlar y asegurar los gestos, las conductas, las opiniones y los discursos de los seres vivos” (Agamben: 257) sin que estos dispositivos sean solamente sitios disciplinarios sino hasta el lenguaje mismo. De entre ambos, los seres vivos y los dispositivos dice Agamben nacen los sujetos, siendo ellos no una persona sino la persona enmascarada de los dispositivos, a saber el internauta, el usuario de teléfonos celulares, el narrador.

En el punto siete decanta al capitalismo contemporáneo como una “gigantesca acumulación y proliferación de dispositivos” (Agamben: 258), por cuanto están en todas partes. Se ajusta el cinturón y plantea además una oposición a esto sin destruirlos ni justificarlos. Encuentra que subyace en ellos su propia hominización ya que un dispositivo crea un mundo del cual el ser vivo disfruta, sostenido por su propia bondad en ello, “la potencia específica del dispositivo” (Agamben: 259)

En el punto ocho Agamben está decidido a actuar en contra de los dispositivos y manifiesta que la estrategia a usarse no puede ser cuerpo a cuerpo, sino de profanación, de revocación del origen para hacerle de uso común. Vuelve entonces a su punto de partida en la teología.

En el punto nueve establece que “las sociedades contemporáneas se presenta- rían como cuerpos inertes atravesados por gigantescos procesos de desubjetivación, los cuales no responden a ninguna subjetivación real” en las que “la pura actividad de gobierno que no persigue otra cosa que su propia reproducción” (Agamben: 262) por lo que el problema de la profanación de los dispositivos es urgente para encontrar aquellas subjetivaciones, aquello ingobernable, “punto de origen de toda política” (Agamben:264).


¿Cuál el discurso de Agamben?

Agamben se sitúa para sí mismo como un exponente de la religiosidad enmascarada, de la sublimación del contrapeso del origen del logos, en la exposición de argumentos supuestamente de orden político y de control al abstraer de la palabra dispositivo toda la fuerza que su estructura encuentra en la analogía con la palabra positividad teológica. En su discurso él supone que la palabra tiene poder y por tanto define los contextos religiosos en virtud de ello. No se despega de lo que él mismo dijera como un dispositivo, la divinidad y su manifestación administrativa, sigue la misma lógica de lo que deconstruye. Para Agamben el dispositivo es toda administración subyacente en la psicología humana, oculta en subjetividades que adquieren poder por la misma autoridad que el sujeto le brinda y que le trazan un comportamiento de fisura entre lo que es y lo que hace, y que ha sido emanado de los entes de gobierno y cuyo origen es la misma religiosidad.


Conclusión

Odiar y buscar la destrucción es un recurso eficiente para la articulación de procesos que tienen que ver con enmascarar las soterradas intenciones. Crear nuevos contextos tildándolos como entes de control es para el autor la panacea de su necesidad de trastocar el supuesto origen de las subjetividades humanas. Muchos han intentado ir en contra de la divinidad dando fuerza a su misma existencia. Dice entonces dispositivo y subjetividad a aquello que enreda al ser humano descubriendo él mismo que es el “yo” quién les da poder. Pero en vez de mirar a ese “yo” como la causa, mira al supuesto acontecimiento de fisura, la partición divina en trinidad, al origen, como su punto de ataque. Para las causas esotéricas eso se llama el “sueño de la conciencia” y nada tiene ver con la religiosidad ni con dispositivos y positividades…aunque ello mismo lo sea. Quiere entonces no luchar contra ello, sino desviarlo, profanarlo. Así es la tangente nunca llega al fondo, sino se resbala por el límite.
  


BIBLIOGRAFIA
·    Agamben, Giorgio. “¿Qué es un dispositivo?. Sociológica. Mayo-agosto de 2011: 249-264. Impreso.
·    Fundación Wikimedia, Inc. “Giorgio Agamben”. Wikipedia: La Enciclopedia Libre. Web. 20 abr 2014. 20 jul 2014. < http://es.wikipedia.org/wiki/Giorgio_Agamben>


jueves, 3 de julio de 2014

Ensayo sobre el Discurso y Foucault.


 “Para analizar una práctica discursiva vigente se debe tener en cuenta su acumulación discursiva y no tratar de superar las diferencias, sino analizarlas y describirlas. Describir es remitir las prácticas discursivas, las positividades, las esencias a las formaciones discursivas que les han dado luz para saber cómo han surgido, y por qué ocurren en cierto tiempo y espacio. Por ello, Foucault no está de acuerdo en describir la obra a partir de los acontecimientos discursivos psicologistas. Tales enunciados apelan a un sujeto fundador, a un garante del discurso. Pensar en qué quiso decir el autor, cuál era su intencionalidad o estado anímico, es colocarlo en el centro del conocimiento. El análisis enunciativo sólo es posible en un lenguaje efectivo, dicho, expresado” (Miramón. Página 56)

SINTESIS
Existen tres fundamentos en el estudio realizado de Foucault sobre el discurso: primero, el modo de investigación que trata de darse a sí mismo el status de ciencia; segundo, las prácticas divisorias en las que el sujeto está dividido tanto en su interior como dividido de los otros; tercero, el modo en el que los seres humanos se transforman a sí mismos en sujetos (Foucault: 3). Miramón en su texto trata de inducir al investigador hacia la descripción de un discurso sin que se convierta este a sí mismo en sujeto de estudio.

DESARROLLO
Miramón comprende exactamente que un discurso es la elongación de los antecedentes cognitivos del analista como del sujeto de análisis. Existe una brecha muy delgada entre ambos. Esa brecha puede ser traspasada por ambos en el instante que el investigador introduce su prejuicio psicológico.  Esto se expresa fácilmente en el instante que un curador tilda con un ismo, por ejemplo, la obra que ha decidido o se le ha impuesto observar. Ahí su posición de analista pierde su condición para convertirse en sujeto de análisis.
En la descripción debe existir lenguaje “efectivo”, sin la retórica de la interioridad, un lenguaje capaz de desconectar los pensamientos de la prosa de enunciación. Así como un vigía dice: “tierra a la vista” con la soltura organoléptica “dicha” sin que medie en ello la identificación de su rango naval, por así expresarlo.
La palabra que no se identifica en las prácticas discursivas, en las positividades y en las esencias discursivas tiene la originalidad de la adecuada instrumentalización del análisis. Cuando existe identificación del ser investigador frente al discurso, en lo que conoce, en lo que piensa, en lo que esperan de él y otras más pensamientos, la descripción efectiva a sucumbido. Mucha mente, poco análisis. Increíblemente resulta que para describir mejor hay que dejar de pensar.

CONCLUSION
El ser humano en su proceso de no ser, en su transformación de “sujeto” ha perdido la capacidad de observar en el presente y por tanto no puede describir con certeza ningún objeto. Ver, mirar y observar son procesos tan lejanos como el perchero para un lisiado. Está ahí, pero es imposible de alcanzarlo. Una forma de hacerlo es dejar la identificación en acontecimientos discursivos psicologistas.

BIBLIOGRAFIA
Foucault, Michael. “El sujeto y el poder”. Escuela de Filosofía Universidad Arcis. Web. 27 de junio de 2014.

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