lunes, 13 de marzo de 2017

REGLAS DE ARQUITECTURA RETICENTE

No deseamos principios en un estilo que nace de comprender que la arquitectura no es solamente la composición orgánica o no de varios componentes formales, sino que es la manifestación de una ser energético capaz de transmitir en los usuarios consciencia como lo hace la naturaleza misma. Una atardecer, un majestuoso monte, un camino en penumbra pueden despertar en la persona, en el individuo sentimientos, pensamientos, quereres, anhelos y virtudes que serían imposibles en la cotidianidad. Así mismo una edificio transmite aquello que percibido se convierte en luz o desagrado en los observadores. En reticencia queremos que el edificio sea como la naturaleza misma y que su composición sea el tamiz y el catalizador de simples instantes de conmoción espiritual en la persona que no sean de producción y función como lo hicieron los arquitectos de inicios del siglo pasado, ni de negación y burla como lo hicieron los arquitectos de la segunda mitad del siglo veinte, ni tampoco de orden y método como lo quiere la razón sino pretendemos que la arquitectura de a luz también la consciencia en la humanidad. Como dijimos para ello no planteamos principios de elaboración pues la consciencia no puede ser definida, pero como en un poema Haikú proponemos reglas que guíen al compositor en su anhelo.

No hemos terminado este proceso y pensamos que no podría ser así, pues la consciencia es múltiple e infinita y seguiremos afinando nuestra percepción para lograr un adecuada reglamentación de acción.
















Atentamente
Erick Bojorque Pazmiño


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