ANÁLISIS DE LAS OBRAS DE
DO HO SUH Y
ALFREDO JAAR.
2017
PALABRAS CLAVE
Arte;
consciencia; economía; estética; imitación;
reflexión; identidad; globalización
INTRODUCCION
¿El por qué de la cuestión…?
Vivimos
una época económica en la que los grandes súper héroes, los gurús y guías de la
humanidad son los economistas. Una época de supuestas revoluciones cuyo fin es
el mismo capitalismo ya degenerado en violencia y destrucción para la
reconstrucción patentada; o sublimado en ciencia y tecnología. La economía está
en todas partes y como decimos hasta el conocimiento se ha vuelto eje de esta
acción. En el Ecuador se apunta hacia un nuevo código de ingenio e
investigación cuyo fin en esencia es el mismo capital reinventado. Pero la
economía que ahora es global ha permitido que lugares como el arte, la estética
tengan por la misma inducción económica un confluir también global. Latinoamérica
y los artistas latinoamericanos se preguntan cuál debe ser su postura ante
tamaña aberración a sabiendas que lo global es irreverente con la identidad de
los pueblos y comunidades por cuanto lo muy particular no tiene capacidad de
ser denominador común, aspecto inevitable e indispensable de lo global. En tal
situación las posturas se definen en dicotomía hacia la poderosa corriente
global o hacia la identidad. En un caso el artista o el pensador confluyen en
la cultura occidental dando y entregando valor a todo aquello que viene de tal
ordenamiento y al hacerlo generan paradójicamente una propia identidad ya que es
imposible saltarse las leyes herméticas cuyo <<cuarto principio de polaridad>> (Kybalión) resalta que todo
en la naturaleza es por pares opuestos, convirtiendo su acción en un lugar
determinado de dicotomía. En el otro caso el investigador se entretiene en la
memoria de los pueblos, en su ancestro, en su añoranza con la finalidad de
recorrer un sendero propio de manifestación lo que a la larga resulta
infructuoso pues se parte de un mismo principio global cultural de búsqueda de identidades
en el que occidente mismo se ha visto enfrascado siglos atrás. El uroboro es
inevitable y lo global se vuelve identidad y la identidad, global. ¿Si un
derrotero me lleva por disyuntivas a un mismo sitio, es adecuado recorrerlo?
Estamos frente a una pregunta clave de tal cuestión de logro, si también es que
queremos lograr algo. Para ello la visión de no identidad, de no lugar salta a
colación pertinentemente. Un no lugar, aunque delata la idea de lugar, se
convierte en acertado punto de partida para la propuesta artística, estética,
de estilo. Estos no lugares son la génesis ideal de aquello que no es común
denominador visible, pero que en muchos casos son el común denominador de
añoranzas y sublimaciones del entendimiento personal que de una u otra manera
son lo común del colectivo global. Nuevamente no podemos escapar a la ley
natural de polaridad por lo que sensato es aceptarla y usarla. Aún así la
dicotomía continúa y se hace infinita en series de lugares y no lugares. Pero
desde nuestra óptica distinto es participar de posturas que no se gestan a
partir de estas mismas fuentes. Ese cambio que Latinoamérica necesita son las
posturas que nacen de latinoamericanos de su propio conocimiento interior y que
convergen la idea de <<aprender a
mirar lo que otros no ven>> (Albert Santos. 2017)
DESARROLLO
IDEAS FUNDAMENTALES Y DIÁLOGO
INTERTEXTUAL CON LOS TEXTOS ESTUDIADOS.
Ideas fundamentales:
· El
uroboro de la globalización.
· Seguir
las reglas. Alfredo Jaar.
· El
anhelo hecho arte. Do Ho Suh.
Primera idea fundamental:
El Uroboro de la globalización.
Para
desarrollar la primera idea fundamental hemos escogido el artículo <<Arte
y globalización. Hacia un mundo sin fronteras>> esencia, para nuestro punto de vista, del pensamiento
irreflexivo y positivista de la globalización en el devenir de la arquitectura
y el arte. Nos parece muy interesante y decidor de aquello la frase final del
artículo con la deseamos empezar nuestro análisis:
<<Por
muy compleja que sea la globalización, le regala al mundo la libertad de soñar>>
(Pág.17)
El regalo es un ente que físico o inmaterial que busca
complacer a un tercero desde un actor interesado cuyo efecto encubre una
necesidad real o inducida. Un regalo por tanto no es producto de una acción
excelsa sino de la conveniencia momentánea. Un padre regala a su hijo para que
éste obedezca y el enamorado una sonrisa a su amada para que ésta sepa de su
cariño. El regalo de la enfermedad es la sanidad y el regalo de la prisión la
libertad de salir de ella; pero por más preciado que sea un regalo es
indiscutible la carencia que éste viene a cubrir. Para un sediento una gota de
agua es una bendición y para el hambriento el pan duro también. Regalo sería
surtirles a ambos de tan preciados agentes materiales con el residual
agradecimiento eterno de los beneficiarios. Un regalo tiene trascendencia entonces
cuando existe un conflicto, una situación de influencia que implica a las
claras una inteligencia primaria y una inducción secundaria vista ésta última
como un aprendizaje que intrínsecamente sigue siendo un peldaño para el minusválido.
La globalización ha venido a ser entendida entonces como un regalo, pero un
regalo capaz de ensoñar a las personas y de entregarles libertad. Cuan magnífico
argumento. El mundo no solo obtiene la tan preciada libertad causa y efecto de
tantas zozobras de la humanidad sino que también se enriquece con el sueño de
esa libertad puesta en acción. Se entrega a la globalización la capacidad
etérea de trascendencia en todo aspecto y por tanto se determina ya que es necesaria
para la humanidad. <<Tal
proliferación es una de las caras de un fenómeno polifacético que se ha dado en
llamar globalización>> (Pág. 1) Pero resulta que no es así el
panorama. La globalización es el resultado mismo de los sistemas económicos
imperantes y solamente es un estado económico y no es el modo filosófico,
artístico, científico y místico que se le atribuye. Pensar que la ciencia, el
arte, la arquitectura, la religión, la filosofía son tan escuetas como para ser
globalizadas es lo mismo que pensar que el cristianismo o el hinduismo, por
ejemplo, han sido globales por el mero hecho de acariciar el pensamiento de
gran parte de la humanidad. No es así. La globalización es un tema económico
que no debería ser trascendente sino en los libros de cuentas como bien lo
establecen <<los críticos, que sostienen
que la globalización sólo ha acentuado la disparidad entre países ricos y
pobres>> (Pág. 2) entre recursos económicos por tanto.
Esta fuerte intrusión de la globalización en los
modos del conocimiento mejor ha desatado una fuerte resistencia desde todas las
acciones humanas que en respuesta han buscado frente a la globalización una
búsqueda de la búsqueda de identidad particular como si ella no existiera;
mostrándose de esta manera el génesis y apocalipsis del uroboro global: lo
global y la identidad.
<<Todos
los países del mundo en sus desarrollos históricos, han buscado una propia
identidad, una propia forma de manifestarse. A finales del siglo XIX el
arquitecto Víctor Horta es uno de los primeros arquitectos de la modernidad en
proponer una arquitectura que sea propia, una arquitectura para Bélgica que
destacara de sus contrapartes inglesas, americanas. De esta manera convirtió el
pensamiento del estructuralismo en forma constructiva para viviendas. El
arquitecto definiendo la identidad de todo un pueblo a través de un material,
el hierro forjado. El orgullo comprometido con grandes ideales somete cualquier
voluntad consciente>> (Bojorque. 2015)
Estos pensamientos identitarios que han zanjado
Europa y EEUU no son ajenas a la humanidad del resto del planeta contagiados de
la enfermedad de falta de apropiación e identidad. Digo enfermedad pues todos
los pueblos de la Tierra han sido en su momento únicos, disciplinados y
ordenados pero los conceptos globalizantes han hecho de ellos desordenados,
indisciplinados y sin identidad por cuanto dejaron su obediencia ancestral para
entregarse a la libertad del sueño material y económico que enajena a los
individuos de su condición única de seres humanos particulares para someterlos
a la generalidad y el denominador común. Si lo global obedece al capital
económico, la identidad también por ser su contraparte. Tan enraizada se
encuentra esta idea en la mente de la humanidad actual que el arte no ha podido
superarla sino en gran medida y a través del Mercado del Arte se ha convertido
en la prueba fehaciente de la existencia de la globalización y su opuesto la
identidad y los no lugares. El texto estudiado empieza delatando tal situación
al decir:
<<En
1984 aún era posible que una institución como el Museo de Arte Moderno (MoMA)
de Nueva York instalase una exposición de obras de 169 artistas de Estados
Unidos y Europa, la mayoría de ellos blancos y hombres, y la titulara
«International Survey of Recent Painting and Sculpture»>>(Pág. 1)
Lo global implica Europa y EEUU y lo identitario el
resto del planeta que busca de manera inconsciente, autómata e indigna ser
parte de este uroboro social como de manera implícita y brutal lo denuncia el
artículo al decir <<aún era posible…la mayoría blancos y hombres>> que
trasluce el sentir de menoscabo y de impertinencia en el que se somete el autor
a sí mismo y a la población no blanca, como si se requiera de ello para ser.
Para la fecha el mundo es un <<gran crisol y ya no se puede hablar de una
forma, de un espacio, ni de una tecnología como determinantes de identidad. Lo
podrán hacer por un momento histórico como lo hicieron en su época los
arquitectos modernos brasileños que vieron nacer y crecer, gracias a combinar
los elementos racionales con la naturaleza selvática, su prestigiada
"arquitectura carioca"; pero no tendrán la trascendencia que una
cultura espera. Trascendencia comprendida como la verdadera apropiación de una
argumento que se solidifique en el devenir de ese pueblo. Solamente existe
identidad personal, una arquitectura con identidad>> (Bojorque. 2015)
Buscar ser, en una cultura global es primero dejar
de serlo y someterse a atributos económicos ilegibles e inhumanos por una
identidad, un no lugar que acepta tal sometimiento que generalmente en primer
lugar encumbra a Europa y EEUU de manera directa o velada y sus modos sociales
y productivos, cabe decir fracasados ante sí y ante el mundo. Realmente es
completamente anacrónico mantenerse en dichos sectores terrestres y humanos
como camino a seguir y añorar; y en segundo lugar mostrando y tratando de
insertar de forma emergente a los emergentes dentro de aquella cultura que no
se avanza ni consigo misma.
Segunda idea fundamental:
Seguir las reglas. Alfredo Jaar.
Para
desarrollar esta siguiente parte del análisis hemos tomado en consideración el
video de Alfredo Jaar <<El Sonido
del Silencio. Tres mujeres. Un millón de destellos. Una fotografía no se toma,
se hace>>
<<El hecho de que haya hambre hoy, en el mundo
de hoy en nuestro planeta es un escándalo>> (Jaar. 0,12”)
Para
Jaar la globalización es un rico escenario de donde nutrirse para realizar su
obra artística que no busca sino someter al juicio personal las acciones
colectivas globales. Cuando con la certeza que lo hace habla del hambre no está
buscando la causa social, ni la causa personal de tal situación sino que grita
el <<escándalo>>. Jaar no
se aparta de la globalización ni le interesa combatirla sino quiere hacerla
contemporánea, actual, de hoy para enriquecer su actualidad su fuerza indomable
y arrasadora. Acepta el hecho de que existe y su juego es mostrarla y ponerla
en evidencia. El resultado es una obra que requiere de explicación y aceptación
social.
Seguir
las reglas es también parte de la acción de los artistas. En este camino no
existe la propia reflexión sino la observación para el juicio y la crítica. No
interesa entonces poner en tela de juicio si existe tal o cual globalidad sino
que se refuerza su existencia a priori encontrando héroes míticos que se
adaptan a ella y hasta la mejoran. Caso Tres Mujeres.
<<Alfredo Jaar mira al mundo real para sacar a
la luz temas de gran calado. Geography War, 1991, lo llevó a una población
remota de la costa de Nigeria que buques cisterna italianos utilizan como
vertedero para sus residuos tóxicos>> (Pág. 4)
Jaar
entonces supuestamente mira el mundo real pero lo que hace es ajustarse a los
cometidos globales de destrucción, contaminación y pobreza, pero no juzga el
hecho de que puede ser es el concepto hecho paradigma del dinero y el sueño
material los que posiblemente han llevado a esta situación a todos los actores
del drama, acores que son del mismo nivel de ser, unos echando y otros
recogiendo pero con el mismo propósito económico. No quiere mirar fuera del
bote sino seguir anclado al interior de éste mostrando los matices de su mismo
fondo. Seguir las reglas.
Si
bien este propósito hace que los artistas, profesionales queden bien en la
escala social o profesional en el momento dado, les deja también sometidos al
vaivén de los gustos sociales y a la consciencia o no de los que los siguen y
aprecian, pero cuando otro individuo se pone en boga, se convierten en leños a
la deriva sin más profundidad de pensamiento que lo que lo externo les dio que
resulta siendo siempre fatuo y de poco valor. He ahí el gran problema de vivir
del exterior y no del conocimiento propio y consciente.
Se
puede seguir las reglas de la globalización mirando en ella, produciendo de
ella o se puede querer ser distinto puerilmente con una identidad propia que
como dijimos resulta de no conocerse a sí mimo sino de esperar de otros la
opinión. Ambos extremos de una misma condición de uroboro.
Tercera idea fundamental:
El anhelo hecho arte. Do Ho Suh.
Para
desarrollar esta tercera idea fundamental hemos decidido utilizar el video de <<Do
Ho Suh >>
<<Quería lidiar más con el tema del anhelo>>
(Do Ho Suh. 2:37”)
El
planeta vive conectado como en una gran red social. Un cualquiera no podría
decir que para la fecha existe intimidad o falta de contacto. Vivimos un hecho
social común. La globalización es la enfermedad económica social y muchos viven
y fructifican en su seno. Unos cuantos forman la dicotomía ante ella de la
identidad y del no lugar pero resultan acentuándola pues la identidad solo
puede venir de la disciplina el orden y la obediencia y no de un despropósito
particular de reinvención y reutilización ancestral. Muy distinto a esto son
las posturas que nacen de la propia percepción de sí. En ellas no existe el tema
global sino se vive dentro del gran contexto planetario pero se es único e
individual como es el nivel de ser en el que se encuentre. Cuando la persona ha
descubierto en sí mismo el arte, podrá estar en cualquier parte de este gran
planeta y seguirá siendo auténtico sin necesidad de juzgar lo que los demás
hacen, sino con la trascendencia de encontrar nuevos y variados caminos como su
consciencia interior pueda darle. La visión de Do Ho Suh es esclarecedora, él
no se limita a un contexto nacional o nacionalista, sino que hace suyo el arte
contenido en su sensibilidad coreana para ponerlo en el mundo entero ya sea a
través de sus exposiciones o a través de videos en las redes sociales. El
límite de su creatividad no es la acción de otros en destrucción, contaminación
y muerte sino en el anhelo de intensificar su comprensión y consciencia como
bien lo dice al contarnos sobre su experiencia en el ejército que lo deshumanizaba
para poder matar convirtiendo esto no en una crítica social ni un juicio
artístico sino en un todo que comprender y desarrollar, como que <<todo eso es algo en lo que pensar>>
(Do Ho Suh. 12:24”)
Pienso
que es este un camino válido para mi acción arquitectónica. Un camino que se
aparta de los prejuicios de ser ante lo global o de tener una identidad, sino
de ser único ante el mundo sin criticarlo de tal suerte que esa unicidad nazca
de la profunda comprensión de sí mismo y del contexto que lo limita.
DIÁLOGO INTERTEXTUAL CON LAS OBRAS
ESTUDIADAS.
Primera
El
sonido del Silencio.
Alfredo
Jaar.
En
esta obra Jaar se sostiene en su visión particular de la sociedad como fuente
de inspiración para sus críticas y juicios de valor, dejándonos ver que siempre
su enfoque es hacia afuera, hacia la acción de la inconsciencia de la opinión
pública sobre el hambre, en este caso. Dice que <<tenemos los recursos en el planeta para alimentar dos planetas, para
alimentar tres planetas>> (Cooperativa FM. 2:55”) por lo que el
hambre es <<un escándalo>>
No es intención de Jaar el descubrirse sino el observar con juicios de valor.
No es intención de Jaar la globalización, la identidad sino estar en ello en la
globalidad y en la identidad, pretende un cambio pero espera que los demás lo
hagan al decir que <<el arte y la
cultura afectan cambio y pueden cambiar el mundo>> (Cooperativa FM.
4:22”) No existe en él compromiso, es un fotógrafo, es un observador que
critica y comenta pero no asegura un camino a recorrer. Jaar es un artista de
la corriente un artista que necesita de los errores y la inconsciencia que la
globalidad genera para ser y existir. Sin ella se encuentra perdido.
Pero
no todo es dañino. En la obra existen materiales y tecnología global. Su
concepto abstracto es universal pero es reconocido como artista chileno. Un
interesante desenlace del cuál participo. La identidad va con la persona y
tiene que ver con sus raíces con su entorno, su contexto, su historia, su
ancestro y por sobre todo su auto conocimiento que tiene que ver con todo lo
anterior, lo que le abre al mundo y le hace universal y no global. Distinto es
aquel que se sumerge en la identidad de la restauración, el reencuentro, la
renovación, la reinterpretación de valores de dudosa identidad. Tenemos que
reconocer que ya somos ciudadanos universales pero como veremos más adelante
podemos ser únicos y particulares por cómo manifestamos nuestro interior ante
el exterior y no al revés desde el exterior hacia adentro como lo hace Jaar.
Segunda
Seúl
Home/LA <<Un hogar lejos de casa>>
Do
Ho Suh.
<<No podía dormir bien.
Y me puse a pensar cuando fué,
la última vez que había dormido bien,
y eso fue en Corea.
Así que pensé en traer ese espacio.
Físicamente era imposible, así que se
me ocurrió,
esta idea con telas transportables.
Quería transportar mi casa conmigo,
como un caracol.
Mi proyecto “Un hogar lejos de casa”>>
(Do Ho Suh. 1:14”-1:56”)
Para
el artista también existe una posibilidad mayor de conocimiento, de comprensión
para traducirla en creación y que se aparta de la imitación y del juicio. Do Ho
Suh se interroga así mismo frente a un
hecho global como es la migración. Reflexiona sobre su situación presente sobre
su necesidad corporal y no ve esto como un “regalo de la globalización” sino
como un proceso cuya causa está en sí mismo. Un artista que sigue las reglas
tal vez se hubiera interesado en confrontar la movilidad humana con el alienamiento
cultural , pero para Do Ho Suh eso no existe; lo que existe es un hecho
interno, anímico, de cuyo conocimiento se desata la solución. Como él es un
artista la solución llega por el hecho creativo. Surge aquel hecho del ancestro
de la propia individualidad —para no decir identidad— de la propia formación.
En ello no existe confrontación, no existe conflicto, existe la plena sabiduría
de la verdad particular. Sabe que es su casa la fuente de serenidad y convierte
ese “anhelo en arte”. Usa la naturaleza para comprender el cómo cristalizar su
anhelo y mimetiza su obra con la de un caracol. Surge el proyecto, surge la
tranquilidad, surge el dormir bien. Pero la obra no queda ahí, trasciende ante
quién la observa pues la luz de un instante es luz por siempre. Para lograr todo
esto se apoya en tecnología contemporánea combinada magistralmente con
artesanía coreana. Una maravillosa simbiosis y sinergia de lo que es ser un
ciudadano del mundo, que no rechaza el avance tecnológico pero sabe que éste
puede ser apoyado para superarse a sí mismo, con la sabiduría artesanal y por
tanto ancestral de un “no lugar” global. El mundo convertido en un espacio
personal único. Aquí no existe globalización, ni economía, ni imitación y
juicio. Existe arte trascendente para el artista y para lo que es, pues al
estar en casa de sus padres se siente un explorador consciente cuando dice: <<descubrí muchas cosas mientras tomaba
medidas>> (Do Ho Suh. 3:42”) lo que le catapulta en la escena
creativa para nuevos logros artísticos.
Tercera
Floor.
Do
Ho Suh
<<El espacio se convirtió pate de mi.
Me gusta la idea de que mi obra se
vuelva parte de la arquitectura.
Empezó desde mi interés en la noción del
espacio
particularmente en la noción de espacio
personal o individual.
Seúl es una ciudad llena de gente,
la gente se amontona en las calles,
se chocan entre ellos, y eso es normal.
Me di cuenta de que acá es diferente,
así que creo que ha cambiado mi
percepción del espacio personal,
y fue muy natural para mi pensar en el
espacio interpersonal,
el espacio entre las personas
y así apareció la idea del individuo y
del colectivo>> (Do Ho Suh. 4:10”-5:25”)
El
no lugar del espacio colectivo es arrebatado del inconsciente por Do Ho Suh
como un hecho de percepción positiva de estar muy cerca y chocarse a estar
distantes y abiertos. Este nuevo sitio de percepción depende según como lo
plantea en la obra Floor del espacio arquitectónico. Miles de pequeños
hombrecillos de plástico apiñados sostienen con gusto <<mas bien un gesto positivo>> (Do
Ho Suh. 5:58”) el espacio personal de otra localidad. El espacio arquitectónico
es una constante no así la distancia entre las personas. Para él, el espacio
individual en Seúl era de piel hacia adentro y era gustoso. Lo colectivo era lo
externo a partir de ahí. Con razón para estas personas es tan importante
visitar su interior anímico y vivir en él. En EEUU el espacio individual podía
ser el de varios de coreanos y el espacio colectivo tenía que ver con lo
individual de cada persona en lo que se conoce como espacio personal. Para un americano resulta el espacio
individual estrictamente de derecho y solo si es indispensable un cualquiera
llegará a él. Para Do Ho Suh ese espacio individual se reserva a sí mismo y el
colectivo un todo del cuál no podía escapar como bien narra sus vivencias en el
colegio uniformado y en la milicia escudriñado mentalmente hasta para hacerlo
matar. Para un americano el espacio interpersonal existe pues esta implícito en
su derecho. Para el coreano no existe tal diferencia, pero resultó harto sencillo
el encontrar fuera de Corea aquel discurso interpersonal pues al no tenerlo en
consideración en Corea, se volvió evidente en EEUU y <<apareció la idea del individuo y el
colectivo>>
Jaar
también nos habla del no lugar “espacio colectivo” en América de manera similar
al notar que existe tanta y tan grosera publicidad en el espacio público que ya
casi es privado de quienes tiene los recursos para así hacerlo. Dice él que <<ese espacio ya no es realmente público>>
(Cooperativa FM. 17:52”) encontrando con ello una muy interesante relación de
no lugar, entre el espacio arquitectónico urbano, la publicidad y la mente de
los caminantes. Digo muy interesante pues admite con su retórica que es la
mente también un espacio que puede ser invadido. Para Do Ho Suh este espacio
público es delimitado por la distancia entre personas. Para Jaar ese límite se
extiende hacia la mente de caminante. Como podemos ver los no lugares pueden
ser variados según la consciencia del artista en el campo artístico y en
realidad se requiere de <<aprender
a mirar lo que otros no ven>> (Albert Santos. 2017) para ser creativo
y trascendente, teniendo ese mirar distintas connotaciones, siendo la
interiorización la que validamos desde nuestra óptica personal que
indiscutiblemente ha sido enriquecida con el aporte de esta investigación.
BIBLIOGRAFIA
1.
Bojorque, Erick. Arquitectura
por la identidad. Foro Alfa. Web. 2015. 24 abril 2017. https://foroalfa.org/articulos/arquitectura-por-la-identidad
2.
Cooperativa FM.
Alfredo Jaar sobre "The Sound of Silence": Quiero sugerir que las
imágenes no son inocentes. YouTube. Web. 11 noviembre 2014. 24 abril 2017. https://www.youtube.com/watch?v=qGzCUYwakWE
4.
Santos, Albert. Conferencia Magistral en la Facultad de
Artes. Universidad de Cuenca. Posgrado en Estudios del Arte. Módulo: Historia Cultural de las imágenes, miradas europeas sobre
América Latina. 8 de abril de 2017.