martes, 8 de abril de 2014

¡No entiendo el arte...!

El arte no está muy lejos del entendimiento.
El arte no es algo ajeno a la realidad cotidiana de todos.






Depende de un grupo de personas que quieren llamar arte a alguna representación.
Un objeto tal es considerado arte solamente cuando se ajusta a las diversas expectativas impuestas por un colectivo.
Así una manifestación humana cualquiera adquiere el valor, el "aura", según como los entendidos, auto impuestos o electos, lo determinan.
Para hacerlo la jerga crítica, analista o juiciosa establecen parámetros de entendimiento.

Hasta hace poco con las corrientes posmodernistas se pretendía que las obras artísticas debían transmitir un mensaje en muchos de los casos de ruptura o denuncia.
En los movimientos contemporáneos se pretende que la obra artística se desligue de sus componentes semánticos y el significante tome partido por sobre el significado y el referente, esto desde una visión semiológica. Es decir ya no importa lo que se quiera decir, ni tampoco la totalidad de lo representado, sino más bien los detalles ensalzando las texturas y los materiales.

Para explicar de mejor manera los dos ejemplos anteriores, diremos que para los eruditos del arte de denuncia, una obra que mostrare implícitamente la degeneración del imperio se enmarcaba como arte. En este contexto lo artístico comunicaba algo.
En el caso más actual el artista ya no envía un mensaje, ni tampoco le importa la obra en conjunto, se considera arte por el material que usa.

Todo esto desde un punto de vista muy particular, pues como ya lo había dicho, el arte depende del grupo que lo cataloga de tal.

Entonces cuando visitemos una galería, primero debemos conocer la metacognición que maneja su entendimiento de arte y si es posible pedir que un entendido nos manifieste sobre el particular. No digo que se hagan explicar las obras, no. Eso es una vivencia personal que debe llegar a la satisfacción.

De manera histórica también ha ocurrido lo mismo.
Las obras maestras de la antigüedad transmitían grandiosidad y enaltecían los valores humanos, pero también eran así consideradas porque un grupo lo entendía y en mucho de los casos lo ocultaba así...caso de la arquitectura gótica.

En arte siempre estará el experto y el profano y eso no es dañino. Un experto en una concepción artística será un ignorante en otra.

Por mi parte me gusta asimilar en silencio las expresiones estéticas manteniéndome en presencia, viviendo el instante, para así obtener la información que flota en el ambiente sobre la obra, el artista y lo que hay entre las dimensiones que conforman ese lugar, el proceso, las personas que lo han visitado, la idea original. Todo flota en el ambiente psicológico y una mente recptiva puede aprehenderlo.


Atentamente
Erick Bojorque

Imagen de Ernesto Artillo.


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